viernes, 29 de abril de 2011

Caída libre entre planetas.- 34

Alguien me agarró por la cintura, e intentó levantarme, pero me resistí. No me apetecía levantarme, y menos que me obligaran a levantarme. Levanté la cabeza, de forma en que el cuello se me alargó lo que más pudo. Abrí y cerré los ojos, abrí y cerré los ojos, así sucesivamente. No podía ser cierto. ¿Mi obsesión por volverlo a ver había llegado a tal punto que lo podía ver? No podía ser cierto, ¡no! [...] Pero estaba ahí, detrás mía, esperando a que decidiera levantarme. Agaché la cabeza, y me sequé las lágrimas. Cerré y volvía a abrir los ojos, me giré y estaba ahí. Estaba totalmente desconcertada. No podía estar a mi lado, no. Entonces abrió la boca e intentó decir algo. Pero un chico pasó y tropezó con él. Fue ahí cuando me di cuenta de que no era una visión, estaba a mi lado de verdad. Me lancé a sus brazos, le acaricié el pelo, le besé, le seguí abrazando. ¡No me lo podía creer! 
- ¿En serio? ¿Estás aquí conmigo?
- No, estoy a tu lado sin estar contigo. Tus maletas están aquí. - Mientras decía eso, señalaba un banco, donde estaban mis maletas y las suyas. - ¿Te encuentras bien, Paula? Tienes mala cara ..
-¡¿Pero en serio me estás diciendo que estás aquí conmigo?! Si estabas allí, y .. es que no puede ser. ¡Tú estabas fuera del avión cuando despegamos! 
-¿Nunca te he dicho que sé volar? - Sonrió, mientras se iba acercando poco a poco a mis labios. Deseaba besarle, abrazarle y mil cosas más. Cuando estaba apunto de besarme - Es broma, no sé volar . - Puse cara de impresión, como de no saber que no sabía volar. - Pero sí que tengo amigos que pueden llevarme a casa de mi novia. 
-¿Y ese amigo tiene un jet privado? - No me lo podía creer. Le abracé y le di un beso eterno que esperaba que no se acabara nunca. 
-Él no, pero su tío sí. Cuando vi que el avión despegaba y tú ibas dentro, se me cayó el mundo encima. ¡Mi coche! ¿Viste lo que he hecho por tu culpa? Por quererte tanto, Paula. Nunca haría eso por nadie, y menos con mi coche. El amor que siento por ti es muy grande y por nada del mundo dejaría que te fueras a ningún sitio sin mí. "I'm nothing without you" -
Me empezaron a caer lágrimas, pero de alegría, de emoción, de amor. ¿En serio me había dicho todo eso? ¡Es que lo amo! Los ojos se me abrieron como platos, y me quedé sin palabras. No contestaba, no me salían palabras, estaba muda.
-¿Tú hablando en inglés? - Solté una pequeña carcajada y me empezaron a caer más lágrimas. - ¡Te amo, joder! Es que no se puede ser más grande, eres tan especial. Tan esencial en mi vida, que si no estuvieras aquí me hubiera muerto de amor. No soportaría la idea de vivir sin ti, me iría muriendo poco a poco y me hubiera vuelto loca sin ti. A mi también se me cayó el mundo encima cuando vi que te ibas haciendo más y más pequeño, hasta que mi mirada no daba para más y no podía verte. Quería gritar, quería pegarle a la azafata, incluso lo intenté, pero un chico me paró sin decirme nada. ¡Me quería morir! Y todo eso porque no estabas a mi lado. Ya eran muchas las cosas que había vivido, y todas eran malas, todas menos tú, porque eres especial y has cambiado mi vida completamente. Y siento muchísimo haberte herido con cualquier tontería que he dicho o he hecho. Siento no haberte tratado como te merecías, pero te juro - Hice una pausa para respirar.- Te juro que no te voy a dejar solo nunca más y te querré como nunca te he querido. -Hice otra pausa aún más larga, pero para tragar saliva.- Y controlaré mis caprichos.- 
Se acercó a mi oído y me susurró;
-Te quiero, Paula. -Agarró mi cabeza con sus manos y me acercó a sus labios. "¿Qué tiene que hace que pierda el control, qué tiene que hace que mi sistema nervioso se acelere, qué tiene que hace que la adrenalina me suba poco a poco? , cada vez que escucho sus latidos, mi amor por él aumenta más y más. Mis labios pedían a gritos que me acercara más a él y poder besar los suyos. Y eso hice, me acerqué a él y le besé. Le besé y no quería soltarlo. Pero se apartó de mi rápidamente y dejándome a medias. 
-¡Paula, Paula! ¡Que se llevan las maletas! - Me cogió de la mano y salimos corriendo detrás de los ladrones. Si no recuerdo mal, eran seis chicos, todos de piel oscura. Les costaba un poco correr, ya que las maletas pesaban bastante, pero aún así, corrían más que nosotros. Creo que si no hubiera ido de la mano de Aitor, él podría haberlos cogido, yo era una carga para él. Estuvimos bastante tiempo corriendo tras ellos, y yo iba agotada, al igual que Aitor. 
-¿Sabes qué, Aitor? - Estiré de su mano y lo acerqué a mí. - Da igual, déjalos. Que se lleven las maletas, no me importa. Lo único que quiero es estar contigo, contigo y con nadie más. -Aitor intentó salir corriendo, pensé que creía poder alcanzarlos, pero entonces volví a estirar de su mano. - Con nadie más- Me acerqué más a él y lo besé. - Te quiero. 
-Yo más. - Sonrió, y pensé que quería que le dijera, "No yo más, tonto" Pero no.
-Vale, tú más. No me gustan esos juegos ridículos como; Cuelga tú. No, cuelga tú. Me parecen demasiado cursis y estúpidos. -Agachó la cabeza y se sintió avergonzado.- ¿Nos vamos? -Le sonreí. -
Empezaron a caer gotas, cada vez más y más. Recorrían nuestro rostro, caían en la frente y su recorrido continuaba por los lados de nuestra cara, pasando por las mejillas acariciándolas suavemente, hasta llegar a la barbilla, luego hacían caída libre y se lanzaban a los charcos a unirse con otras gotas iguales que ellas, y que la mayoría han hecho el mismo recorrido, como si tuvieran vida propia. 
Aitor paró de caminar, y sonrió. Definitivamente su sonrisa era preciosa, perfectamente preciosa.
-Para, vamos a quedarnos aquí, bajo la lluvia, besándonos. No existe momento más romántico que este. 
-Siguió sonriendo y después me besó. Sus besos hacían que mis latidos fueran más rápidos, y la sangre circulara por mi cuerpo a la velocidad de la luz. Era como estar en el cielo, como hacer la misma caída libre que hacían las gotas mientras nos besábamos, pero entre planetas. Caída libre entre planetas. 
Después de estar "x" tiempo bajo la lluvia, decidimos sentarnos en el banco más cercano. También bajo la lluvia. Me tumbé en él, y apoyé mi cabeza en sus piernas. Le miré a los ojos, le brillaban de felicidad, o eso creí. Cerré los ojos y las gotas seguían haciendo su recorrido. Nunca se cansan de hacer lo mismo siempre, algunas tienen la ventaja de caer directamente desde la nube en la que descansa, hasta los charcos. Pero yo creo que es más divertido caer en la cara de las personas, pueden hacerle sentir escalofríos, es algo que aveces te molesta, pero personalmente, a mi me encanta. Y nunca dejaría de ver llover, siempre veré llover con él. 

2 comentarios:

  1. Me encanta, me encanta y me encanta!
    Cada capitulo es fantastico y con cada capitulo me dejas con una intriga deseando el proximo.
    Sigue asi!

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  2. En fin, FANTASTICO :) Me gusta mucho tu libro.
    Sigue así, y public pronto el siguiente capitulo. Un beso.

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