jueves, 23 de junio de 2011

Capítulo 39-

Lo sientoooooooooooooooooooooooooooo! No me acordaba de que no lo había subido al blog :\
Pero bueno, dicen que lo bueno se hace esperar, ¿no? :)
Un beso gigante.
______________

Entré a mi cuarto y cogí el móvil. Marqué el número de Carmen, mi compañera de clase. Tenía que contarle lo de Laura.
-¿Si? -Preguntó con curiosidad.
-Hola, Carmen .. Soy Paula. ¿Tienes algún plan para hoy? -
-Eh, pues justamente hoy, sí. Había quedado con mi madre, para ir de compras. Pero .. -Vaciló. - Si quieres, puedo ir otro día. Te prometí estar ahí para todo, y eso haré.
-Dios, Carmen, eres muy grande .. Pero, no. No hace falta, ves con tu madre. Ya te contaré cuando puedas.
-Que no, que yo le digo que me ha surgido algo muy importante, y ella lo entiende. -
-Que no hace falta, en serio. Ves con ella. Ya te llamo mañana.
Un beso, fins demà, chica de los ojos verdes. - Y antes de que le diera tiempo a decir nada, le colgué. -
-¿Con quien hablabas? - Aitor pasó sus manos por mis hombros.
-Con una amiga. - Dije secamente.
-Pensé que la única amiga que tenías era Laura.
-Te equivocabas. No soy una antisocial, como tú. - Dije sonriendole.
Aitor dudó unos minutos en preguntarme algo, que no supe hasta que me lo dijo.
-¿Qué tal está tu padre? [...]
-Creo que bien. Se le veía apagado, pero podrá sobrellevarlo.
Me levanté de la silla, y salí de la habitación. Me apoyé en la puerta y lo miré sonriendo. Me di la vuelta y me sobresalté.
"¿Quien le habrá abierto la puerta?"
-¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te vas a jugar a mamas y a papas, y me dejas en paz, pequeña? - Hizo gestos de odio, parecía que me iba a pegar por mi comentario.
-No puedo, porque me falta una hermana. - Para ser tan pequeña, conseguía hablar como una persona mayor.- Y tú sabes donde está. Dice mamá que me lo digas, ¡ya!
-Que yo no te voy a decir nada, Andrea. - En ese momento, Aitor pasó delante de mi y me hizo una de sus miradas. Suspiré. - Está bien, te diré donde está.
-Gracias. - Sonrió.
-Está en el cielo, con tus abuelitos. - Le sonreí falsamente.
-Está muerta, ¿verdad? - Dijo con lágrimas apunto de caer sobre sus mejillas. Yo no supe responderle porque me sentía fatal y mis lágrimas inundarían mi cara. Simplemente asentí. -¿Por qué me has hecho creer que iba a volver? Que no estaba muerta .. - Sus lágrimas ya caían por su rosado rostro.
-Lo siento, Andrea. Ahora, si no te importa .. Quiero que te vayas de mi casa.
Se dio la vuelta y bajó las escaleras sin ganas. Sus manos resbalaban por la barandilla y sus pies tropezaban constantemente. Su pelo se pegaba a sus mejillas. Sentí como se podía sentir ella, sentí como me sentí yo, al ver como mi hermana, su amiga, moría delante de mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario