jueves, 23 de junio de 2011

Capítulo 39 #2.

Fui tras ella y la acompañé hasta la salida. 
Me quedé observándola desde mi casa mientras tocaba a la puerta de su casa. Su madre tardó unos cinco minutos en abrir, Andrea se sentó y esperó esos cinco minutos, que supongo que se le pasarían como horas. Sin decir una palabra y dejando la mirada perdida entró a su casa cuando le abrieron la puerta ..
Una lágrima cayó y se resbaló por mis mejillas. 
-No llores. -Me dijo susurrándome al oído mientras pasaba sus manos por mi cara, intentando secar mis lágrimas. - Tarde o temprano lo sabría. Y tú has tenido el valor de decirle toda la verdad, en cambio su madre es cobarde, cobarde por no saber afrontar las cosas tal y como son. 
-Aitor, es que no es ella la que tiene que ser valiente. Yo fui la que provocó todo esto, si no me hubiera importado lo de Carlos, todo esto no habría pasado, tal vez, aún seguiría viva. Si no le hubiera quitado todo el dinero [...] Todas sus cosas, tal vez aún estaría viva. Si no la hubiera dejado con Campoy, tal vez aún estaría viva. 
-Claro, y todos los caminos conducen a Roma; al igual que Roma tiene todos los caminos, tú tienes toda la culpa. Si lo miras de esa forma, todo acaba en ti [...]Todos sabemos que no todos los caminos llegan a Roma, al igual que no toda la culpa es tuya. 
Si Laura no te hubiera engañado, si no se hubiera ido con Campoy, si no hubiera hecho todo lo que hizo, tal vez, aún estaría viva. ¿Lo ves? No es tu culpa.
No dije nada, prefería dejar la conversación ahí. No me apetecía discutir, y menos con Aitor. Decidí darme la vuelta y subir a mi cuarto. Me tumbé en la cama pensando en lo que me había dicho Aitor. Realmente tenía razón; si no me hubiera engañado .. aún estaría viva. ¡Ahora que lo pienso! Parece que la haya matado yo: 
"si no me hubiera engañado, aún estaría viva" .. Todo suena mal si lo miras con otros ojos. Todo es tu culpa si lo miras con otros. 
Y todo lo que pasó, no fue mi culpa. Darling, has sido tú, la culpa, ahora, es toda tuya. 
Me levanté de la cama, y bajé las escaleras corriendo. Ahí estaba, en el sofá viendo la tele. Me lancé sobre su cuerpo y lo abracé.
-Gracias. - Le dije acompañando mis palabras con un beso. 
Me cogió de la cintura y me dio un beso aún más largo. Uno de esos besos que siempre has deseado tener, de esos dulces, de los que nunca de aburres, sí, de esos. 
-Buenas tardes, chicos. -Dijo con una sonrisa estúpida. 
Decidí no contestar y levantarme del sofá. Pasé por su lado e hice un gesto de desprecio. El mismo desprecio que empezaba a sentir por mi madre. Choqué mi hombro con su hombro y me abrí paso. Lo único que me faltaba era no tener intimidad en mi propia casa. 

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Lo siento mucho, no puedo continuar, me acaban de hacer el regalo más especial del mundo: Una Panasonic Lumix DMC-FZ28
Ahora sé que todo el esfuerzo que he hecho estudiando, ha valido la pena.


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