viernes, 23 de septiembre de 2011

C45, Eh, Sara, duele más tu ausencia que las balas del infierno.



Caminaba a paso ligero para intentar no mojarme más de lo que estaba, las botas salpicaban en los charcos cada vez con más frecuencia. La lluvia apenas me dejaba ver. Chocaba brazo con brazo con el resto de personas que parecían tener prisa de llegar a sus casas o a algún otro lugar. Mientras cruzaba la carretera para intentar pasar a la otra calle sin pisar charchos, un coche pasó a la velocidad de la luz mojándome de arriba a bajo.

En un segundo me vinieron miles de imagenes de Sara el día en que .. en su último día. Sara abrazando a su amiga. Sara cruzando la carretera con una sonrisa de oreja a oreja, que fue disminuyendo cuando se giró para ver al coche que se iba aproximando a ella sin poder hacer nada. <<Tranquila>> Sara deslizándose por el capó del coche.<<Respira>> El cuerpo de Sara tirado en el suelo y sangre fluyendo por sus mejillas, a la vez que su pelo se empapaba de la misma. <<Tranquila>>

Mis manos agarrándo su diminuta cabeza que chorreaba sangre sin parar. <<Respira>> Sus ojos azules, muertos, mirando al cielo. Sus labios secos con sangre por al rededor. <<Eh, no llores>>. Mi grito mudo hacia la injusticia. "Eh, respira, respira, respira, respóndeme, Sara ¡Sara! No me dejes sola, por favor." Mis lágrimas chorreando rabia. Mi voz pidiendo su muerte por la mía. Mis ojos mirando al cielo, implorando un tiempo muerto al dueño del universo para que escuche mis súplicas de dolor. <<Respira>> Mis manos agarrando algo que ya no tenía vida ... Mi hermana. Mi pequeña Sara. Mi pequeña y preciosa Sara, quiero que sepas que hubiera dado mi vida por morir a tu lado. Extraño tu presencia .. Que tendré que cargar con tu muerte el resto de mi vida, como un bulto que no podré borrar de mi jamás. Ojalá hubiera podido hacer algo. Ojalá. Ojalá todas mis lágrimas hubieran servido para algo. Quién fuera el que está a tu lado ahora mismo para ser feliz. Ojalá estuvieras aquí para abrazarme. Para darme un beso. Para darme algo que nadie, y repito, nadie, podrá darme jamás. Eh, Sara, duele más tu ausencia que las balas del infierno.

I was in tears writing this.
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Bueno, chicas, aquí dejo el último capítulo. Había pensado en hacer muchos más, pero no he visto por donde llevar los siguientes capítulos; más muertes quedarían fatal, y pienso que no puedo pasar del drama al romanticismo, creo que no sería capaz de hacerlo, y el verdadero significado de la novela se quedaría atrás y no sería lo más importante.

En fin, que muchísimas gracias por leerla y haber aguantado todo tipo de eventos y páginas, favores más que nada.

Y otra vez, muchas gracias, de verdad :)

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