jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo 42 - Algo inesperado.

Navidad. El invierno tapó con su increíble nieve todas y cada una de las casa, al igual que las copas de los árboles. Todo era totalmente extraño. La última navidad la había pasado en mi casa, con mi familia, y claramente: con mi hermana. Eso hacía que esta navidad fuera la peor de todas. Acostumbrada a cenar con más de veinte personas en mi casa. Con una mesa gigante y platos variados. Todo eso había dado un cambio radical a una mesa de 50x90cm, y dos simples platos de arroz chino y una vela de adorno.
Mis ojos reflejaban tristeza y añoranza, revolvía la comida con la cuchara como una niña pequeña a la que no le gusta la verdura. Miraba fijamente al plato sin ganas de comer.
-¿Te pasa algo? -Dijo Aitor mientras me agarraba una mano desde la otra punta de la mesa.
Dejé caer la cuchara en la mesa, y aparté mi mano de la suya. Empezaron a caerme lágrimas, ya era normal en mi, el rimel se fue emborronando por mis mejillas. Puse los codos en la mesa y apoyé mi cabeza con mis manos. Las lágrimas caían directamente al plato. Intenté hablar entre sollozos y le miré a los ojos.
-Tú estarás acostumbrado a pasar las navidades lejos de tu familia, pero como puedes ver, yo no. -
-Fuiste tú la que quiso volver. -Murmuró.
-Ya, lo sé. Pero no sabía lo que iba a pasar. Creo que me precipité demasiado ..
-No lo digas. -Se levantó de la mesa echando la silla hacia atrás.
-Aitor, por favor ..
-¡Que no! No pienso volver a caer en otro capricho tuyo. Si quieres volver, vuelve, pero no cuentes conmigo.
-No pensaba hacerlo. - Puso los ojos en blanco y vi como una pequeña lágrima logró salir de su pupila, también vi en el interior de sus ojos cómo se derrumbaba. Me armé de valor y proseguí. - Creo que necesitamos un tiempo.
-¿Un tiempo para qué? Pero si estamos muy bien juntos, Paula .. -Me agarró de las manos e intentó besarme, pero me aparté y le di la espalda.
-Por favor, Aitor ..
En ese mismo momento tocaron al timbre. Sin decir nada fue a la entrada y abrió la puerta.
-Feliz navidad .. - Hizo una pausa prolongada. - Oh, vaya, creo que he venido en mal momento ..
Me asomé para ver quien interrumpía una "cena" de navidad. Allí estaba ella, con un regalo de navidad, diminuto, pero la que sujetaba el regalo era más grande.
-Carmen .. -Dije intentando sonreír y secarme las lágrimas, pero la tristeza volvió a invadir mi cuerpo y romí a llorar. Me abalancé sobre ella y la abracé.
-Eh, Paula .. -Dijo mientras intentaba librarse de mis brazos. - Tengo que darte una cosa.
-¿El regalo? No importa, tú serás mi regalo de navidad. -Le sonreír de forma forzada, mostrando mis dientes.
-Vale .. Pero abre primero esto, no es mío. - Dijo sin mostrar ningún entusiasmo por verme. No sonreía, parecía estar triste.
Giré la cabeza para ver a Aitor. Pero no estaba. Me di la vuelta y lo vi sentado en el sillón del salón mientras miraba al techo y le caían lágrimas lentamente. Agarré el regalo de .. el regalo que me había traído Carmen, pero que no era suyo.
-Espero que sea un móvil o algo parecido, porque perdí el mío cerca de la torre Eiffel. -Miré la cara de Carmen, que no cambiaba de posición desde que había llegado. Sus ojos se clavaron en el regalo y no dirigía palabra. - ¿Qué es esto? - Tenía en mis manos un marco, con una foto. y por las esquinas sobresalía un papel; una carta.



-Esta foto .. ¿te la dio mi padre? -Carmen, sin decir nada, asintió. Sonreí al recordar aquél día. -Esta foto la hizo mi madre cuando fuimos a Andalucía..Es preciosa. -Sonreí con más fuerza y noté como el brilló de mis ojos parecía por arte de magia. 
-Coge la carta. -Dijo señalándome la hoja. -Es de tu padre ..
-Pero Carmen, ¿qué te pasa? -Carmen ignoró mi comentario y sacó la carta del marco. 
-Toma, léela. - Le hice una mueca al ver que pasaba de mi. 
Entrecerré los ojos para intentar leer la carta. La vista empezaba a fallarme ..
Paula, lamento no haber podido contactar contigo antes, me parece que has perdido tu teléfono, como de costumbre .. No me extraña nada, ¿sabes? Bueno, quiero que sepas que nunca te voy a olvidar, eres la única hija que me queda. No sé cómo decirte esto .. No creo que volvamos a vernos .. 
Eh, el otro día en el reconocimiento médico, me dijeron que tengo una enfermedad en el pulmón [...]
Cáncer. Tu madre ya me avisó de que fumar era malo, pero no tenía manera de dejarlo .. Espero que tú nunca tomes ese camino. Dicen que me queda poco tiempo. Que debí haber ido al médico, que ahora no pueden hacer nada .. Lamento decirte esto en una simple carta, pero no hay manera de comunicarme contigo, cuando puedas llámame; 947892145 Es el número del hospital.
Ah, por cierto, ni una palabra a tu madre, ¡eh! Quiero morir tranquilo. 
Te quiero, Paula; espero que te guste la foto y el marco. 
Varias lágrimas, ya secas, emborronaban algunas palabras, pero era legible. 
 Hasta que de mis ojos, comenzaron a salir más y más lágrimas. Me di la vuelta y vi a Aitor apoyado en el respaldo del sofá mirándome con curiosidad. 
El corazón me dio un vuelco y noté una punzada en el estómago.
Dejé caer la carta al suelo y me acerqué a Aitor, lo abracé durante varios minutos. No podía ser cierto. ¿Era una broma? No. Me aparté de sus brazos y di media vuelta. Miré a Carmen, que aún seguía cabizbaja mirando la foto.
Entre sollozos conseguí hablarle.
-Esto .. ¿Esto te lo dio mi padre? ¿Cómo está? 
-Lo siento, Paula .. - Dijo sentándose en una silla de la tantas que habían. - Mi madre me dijo que fuera a ver a tu padre, unos amigos de mi padre se enteraron de su enfermedad. Fui al hospital super nerviosa.. Estaba sentado en la cama con la mirada perdida. 
-¿Puedo entrar?
-Claro, pasa. Tú debes de ser Carmen, ¿verdad? - Me dijo sin apartar la mirada de mis ojos.
-Sí, mi padre me dijo que ..
-Quiero que le lleves esto a Paula. 
-Pero, señor .. Paula está en París, ¿no?
-Te pagaré lo que haga falta, pero te pido por favor que le des esto. - Me agarró las manos y con la otra me entregó el cuadro y la carta. - ¿Podrías envolverlo?
-Claro .. Faltaría más ..
-Ahora, me gustaría quedarme solo. Quiero morir tranquilo. - Suspiró mientras le caía una lágrima del ojo. - Dile que la quiero mucho. 
-Paula, dice que te quiere. Mucho. No quiere que estés mal. Me dijo que vivas tu vida. Que no te derrumbes ahora. Que estás en la mejor etapa de tu vida. -Me acarició el rostro y me dio un beso en la frente. 
Me dejé caer en el sofá. "Pues para ser la mejor etapa de mi vida no para de morirse gente en esta mierda de etapa"





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